Por Cynthia García para Página 12
El líder ecuatoriano estuvo como veedor en los comicios venezolanos. Dijo que le impresiona la distorsión que hay sobre el país bolivariano. «Nos quieren hacer creer que hay una dictadura y dicen que ha fracasado el modelo cuando Venezuela está bloqueada».
Rafael Correa está en Venezuela desde el jueves pasado. Fue el primer expresidente que arribó como veedor de las elecciones de medio término del domingo, donde el Gran Polo Patriótico de Nicolás Maduro ganó con el 68 por ciento de los votos. El líder ecuatoriano llegó a Caracas vía México compartiendo vuelo con la delegación argentina, de la que esta periodista forma parte como observadora por la Internacional Progresista.
«¡Qué frío hacía en el avión! Yo estaba preocupado porque me sirvieron un desayuno caliente y a ustedes no les dieron nada», dice al recibirnos con su modo efusivo, donde el barbijo no logra disimular la sonrisa y los choques de saludo son con el puño cerrado. La entrevista transcurre en medio de una cargada agenda del exmandatario, en un edificio ubicado en la zona céntrica de Caracas, a unas pocas cuadras de la casa de Simón Bolívar y la plaza del mismo nombre.
-¿Qué importancia tienen estas elecciones legislativas en Venezuela?
-La democracia en Venezuela continúa, lo que pasa es que para algunos la democracia es válida siempre y cuando ellos ganen las elecciones. Estas elecciones son exactamente las mismas que en 2015 cuando perdió el Gobierno y ganó la oposición, ahí sí eran válidas (dice con ironía). Para ciertos grupos de movimientos radicales de derecha que no han participado, parece ser que ya no son válidas.
Es impresionante la distorsión sobre lo que se vive en Venezuela. En todos los órdenes: el político donde nos quieren hacer creer que aquí hay una dictadura; en lo económico dicen que ha fracasado el modelo cuando Venezuela está bloqueada. Tiene una economía de guerra, es como si yo mañana bombardeo Chile y digo que fracasó el neoliberalismo.
-Hablando de economía de guerra, ¿cómo se analiza Venezuela, justamente desde el bloqueo, desde el petróleo, desde la decisión de Nicolás Maduro de empezar a generar aperturas a capitales privados?
-No sé cómo sobrevive Venezuela, las cosas son terribles. Parecería un cuento fantástico, una mentira. El país que llegó a tener más de 50 mil millones de dólares de ingreso petrolero, hoy no llega a 500 millones, la centésima parte. Así de grave es la situación, un bloqueo brutal. Frente a esa circunstancias, es necesario flexibilizar el marco jurídico para atraer inversiones extranjeras. Eso es lo que ha hecho el presidente Maduro con la Ley Antibloqueo y yo estoy totalmente de acuerdo. Lo que no podemos obviar son las consecuencias de ese bloqueo. Yo no entiendo a los analistas y pseudoprofesores que hablan del fracaso de las políticas económicas de Venezuela, de las migraciones, omitiendo que están bloqueados, que están en una economía de guerra.
-¿Cuál es la intención de ese sector del mundo, de esa derecha político-mediática que, por ejemplo, en Argentina tiene dirigentes como la presidenta del PRO del macrismo (por Patricia Bullrich) que llamaron a que la gente no fuera a votar?
-Las elecciones son válidas siempre y cuando ellos ganen, la democracia es válida siempre y cuando esté en función de sus intereses. Pero cuando hay riesgo de que en esa democracia cambie algo, no les importa acabar con la democracia. Hemos visto los golpes de Estado, las desestabilizaciones, etc. Entonces, seguramente, como esta señora vio que su aliado en Venezuela no iba a ganar las próximas elecciones, quiso deslegitimarlas llamando a la abstención.
Correa viste traje azulino y camisa blanca andina con bordado precolombino azul. El acostumbrado atuendo continúa siendo un mensaje identitario nacional al que no ha renunciado. La sala donde transcurre la entrevista está vidriada. Desde los ventanales se ve parte de la ciudad. Afuera del salón circula a la espera de una reunión Fernando Lugo, el expresidente paraguayo derrocado por un golpe de Estado blando en 2012 quien también es parte de los ex mandatarios veedores junto al boliviano Evo Morales y al español José Luis Rodríguez Zapatero.
-¿Cómo ve la actual situación en Ecuador, el binomio Arauz-Rabascall, tu propia proscripción?
-Con triunfalismo. Trabajamos como si no tuviéramos un solo voto pero todas las encuestas nos ponen en primer lugar y muchas de ellas que ganamos en una sola vuelta. Esa es la parte buena de la historia, la parte mala es que el Gobierno lo sabe. Para ese Gobierno nefasto (por Lenin Moreno) lo peor del mundo es que nosotros ganemos. No tendrán donde esconderse, no buscamos venganza pero sí justicia. Han cometido crímenes terribles: corrupción, persecución política; están dispuestos a todo, a todo (repite con las manos tensas). Todavía no está inscripto oficialmente el binomio, que se inscribió el 18 de septiembre y lo han impugnado una y otra vez. Más de dos meses después no está bien firme la dupla, pese a ser la que encabeza todas las encuestas. Muy probablemente, argumentando el problema de la pandemia, quieran aplazar las elecciones para ver cómo derrotarnos o aceptar a última hora un candidato rompiendo las reglas electorales y forzar una segunda vuelta y en esa segunda vuelta, unirse en contra de nosotros. Están desesperados pero nosotros estamos optimistas además de triunfalistas.
Rafael Correa menciona las persecuciones realizadas por el gobierno de Lenín Moreno. El reportaje transcurre con tres ciudadanos ecuatorianos exiliados de su país: el propio Correa con condena y orden de captura en Ecuador; Fernando Alvarado, exfuncionario y jefe de campaña de la revolución ciudadana, y Gabriela Rivadeneira, importante cuadro correísta y expresidenta de la Asamblea Ecuatoriana. Cada uno relata el momento en el que se tuvo que ir de Ecuador. Las experiencias producen el escalofrío de pensar en un aparato estatal represivo que los busca por la ciudad y amigos que llaman y dicen, como en el caso de Rivadeneira y Alvarado: “Boten (tiren a la basura) ya mismo el celular, agarren sus cosas, su hijos, y váyanse ahora porque los están yendo a buscar”.
Alvarado se encuentra acá en Venezuela y Rivadeneira vive en México con sus dos hijos. La exlegisladora revela que el día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador le dio refugio, México reabrió la figura de asilo político después de casi cuarenta años inactiva.
La deuda, el coronavirus, los medios
-¿Cómo saldrán los países de la región de situaciones de endeudamiento externo y pandemia?
-Para superar la pandemia necesitaremos ayuda y financiamiento externo y es mejor hacerlo en conjunto regional, coordinadamente, para tener un poco más de presencia a nivel mundial. El de Argentina es un caso particular. Es el mayor financiamiento de la historia del FMI pero fue hecho de forma absolutamente irresponsable: ese endeudamiento con el FMI no sirvió para financiar carreteras, hidroeléctricas, aumentos de reservas, sino que financió la fuga de capitales. Argentina quedó endeudada, la economía en crisis y la plata afuera.
– Hace unos minutos usted dijo que en 2015 “no triunfó Macri sino Clarín”.
-Mientras no resolvamos la cuestión mediática América Latina no tendrá democracia ni desarrollo. Algunas veces no le damos la importancia que tienen ciertos problemas. ¿Qué hacen los medios de comunicación? Informarnos. En principio deben ser los guardianes de la verdad; en América Latina han sido los primeros en robar esa verdad. Sin verdad, sin información no tenemos democracia, no hay elecciones libres, nos están manipulando, no hay correctas decisiones políticas, no hay correctas decisiones de acción política y sin ello, no habrá desarrollo. Los grandes opositores de los gobiernos progresistas son los medios.