El Presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, reiteró este miércoles su denuncia por violaciones a los Derechos Humanos perpetrados por el Gobierno de facto de Jeanine Áñez y las fuerzas armadas que lo derrocaron. Según el mandatario, la represión contra lxs ciudadanxs que resisten a la dictadura ya se cobró 27 muertxs en ocho días, incluyendo las 6 personas asesinadas en las inmediaciones de la planta petrolera de Senkata.
En una conferencia de prensa brindada en la Ciudad de México, donde se encuentra exiliado desde el pasado 12 de noviembre junto a parte de su familia y algunos integrantes de su Gabinete, Evo insistió en que «el undo está viendo cómo es un Golpe de Estado de la derecha» y lamentó que «están matando a mis hermanos y hermanas». «Me duele mucho, después que hemos hecho crecer a Bolivia ahora la están destrozando», repudió.
A su vez, el líder indígena reiteró su apoyo a los movimientos sociales que se movilizan en las calles de La Paz contra la dictadura de Jeanine Áñez y rechazó cualquier vinculación con las protestas en su país, como acusan desde el Gobierno de facto.
En tanto, Evo instó a que se conforme una Comisión de la Verdad para investigar el resultado de las elecciones que el 20 de octubre habían arrojado su victoria en primera vuelta y volvió a desmentir el informe de la Organización de los Estados Americanos. «Es una conspiración, no solamente interna, sino externa porque los movimientos sociales nos hemos gobernado y demostrado que Bolivia no se muere», añadió.
Por otra parte, el depuesto mandatario advirtió que la autoproclamada Jeanine Áñez emitió «una carta blanca» para que las fuerzas golpistas puedan «masacrar» opositores: «Emitieron un decreto como si tuvieran carta blanca para matar a bolivianos. Eso sólo se hacía en la dictadura militar», indicó.
De esta forma, Evo hizo referencia al decreto de Áñez que deslindó responsabilidades penales a lxs efectivxs militares que participen en los «operativos de restablecimiento y estabilidad del orden interno», como denominó a la represión a las masivas manifestaciones que se sucedieron en ciudades como La Paz o Cochabamba.
Desde el Instituto de Investigaciones Forenses de Bolivia contabilizaron ocho cuerpos tras la brutal represión de los escuadrones militares que desalojaron a balazos las puertas de la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en la ciudad de Senkata. Según el reporte difundido por la Fiscalía General del Estado, lxs fallecidxs fueron identificadxs como Edwin Juchamani Paniagua, Rudy Cristian Vásquez, Juan José Tenorio Mamani de 23 años, Joel Colque Patty de 22 años, Antonio Ronaldo Quispe Ticona de 23 años, Pedro Quispe Mamani de 37 años, Clemente Eloy Mamani Santander de 23 años y Devi Posto Cusi de 34 años.
Durante la rueda de prensa, Evo enmarcó estos asesinatos como «parte de un genocidio que ocurre en nuestra querida Bolivia». Asimismo, exhortó a la ONU a poner freno a «esta masacre de hermanos indígenas que piden paz, democracia y respeto a la vida en las calles».
En este contexto, Morales volvió a denunciar la injerencia de la Casa Blanca en su derrocamiento y pidió que «la comunidad internacional pueda aportar» a encontrar la pacificación en su país. «Desde el norte nos informan que EE.UU. no quiere que vuelva a Bolivia», deslizó Evo, que denunció que «decisiones políticas internas y externas no quieren que vuelva a Bolivia». «¿Por qué tanto miedo al Evo, tanto miedo al indio?», se preguntó.