Milagro, la película: desde el vacío a la invención

*Por Daniel Rosso

Una cámara curiosa se mueve lentamente sobre montañas, planicies, cielos, calles y veredas, toboganes, chivos, llamas, chicos jugando a la pelota, barrios de casas iguales y viejos y viejas con un andar pesado y persistente.

Es una cámara que vagabundea inventando un territorio con sonidos, colores y encuadres.

Nace allí una poesía que se llama Jujuy.

Nace en ese choque leve entre el sol de la siesta y el movimiento lento de un mundo de provincia.

De eso se trata Milagro, la película: de la decisión lírica de poner una geografía en espera.

De protegerla con imágenes bellas para que no sea apropiada por esa confluencia siniestra de poder económico, macrismo, massismo y el peor radicalismo.

Y, en el centro de ese escudo protector, Milagro Sala.
Y su teoría de la desobediencia: si al poder se le dice que no el poder deja de circular.

Y su teoría de la creación: primero está la nada, luego la voluntad, luego la organización y luego los resultados. La valentía es el movimiento incierto desde el vacío hacia la invención.

Lo cuenta María: no había terrenos, no había recursos, no había organización. Desde allí partieron. Así construyeron la gran pileta de natación donde el sol de la siesta choca con el movimiento lento de una rebeldía.

Así construyeron los cimientos de un país distinto.
Libertad a Milagro Sala.

Gracias Cynthia García y Martín Grifo Ignómata Adorno. Muchas Gracias.