La definición de la segunda vuelta presidencial en Ecuador puso la lupa sobre los negocios financieras de Guillermo Lasso. La realización de una operación vinculada por la cual se habría vendido a sí mismo el Banco Banisi, empresa offshore en Panamá, subsidiaria del Banco de Guayaquil, complica al candidato de la derecha máxime en un país donde desde 2014 se le prohibió a los bancos tener sucursales en paraísos fiscales.
Desde Ecuador
Guillermo Lasso, dueño del Banco de Guayaquil, candidato de la derecha a la presidencia que el 2 de abril se enfrenta al balotaje con Lenin Moreno, caminaba el jueves pasado en un acto de campaña, cuando entre los micrófonos, un periodista le preguntó por la investigación publicada en PáginaI12 que reveló su entramado económico de fideicomisos y empresas offshore en los paraísos fiscales de Panamá, Caimán y Delaware con 49 compañías con nombres de fantasía que ocultan su identidad y la de familiares.
–El es un periodista de los medios públicos — respondió Lasso con la sonrisa convertida en mueca, sin mirar a la persona que le había preguntado y buscando reparo en la protección del resto de los micrófonos.
–Mi patrimonio es público, público –repitió–. Está en el Ecuador, es público y todos lo conocen y lo he trabajado. No como los corruptos del gobierno que usted representa, que tapan la lista de Odebretch. Vaya e investigue la lista de Odebretch, amigo. Fuera Correa, fuera –coreó Lasso dando por terminada la respuesta.
Lo cierto es que las revelaciones de desvíos patrimoniales e incumplimientos de leyes impositivas a las que tuvo acceso esta periodista no son públicas. El candidato de la derecha se beneficia del cerco mediático protector de la mayoría de los medios privados.