Dos personas murieron a raíz de los incendios en la zona de Chiquitanía en Bolivia.
El domingo un joven voluntario de la brigada antiincendios murió cerca de la ciudad de Sacaba, departamento de Cochabamba. Medios locales indicaron que fue atrapado por el fuego que intentaba apagar. También falleció un bombero que estaba trabajando en la región subtropical de Yungas, al norte de La Paz. Se cayó en un barranco de 300 metros de profundidad y fue encontrado sin vida varias horas después.
El presidente Evo Morales dio a conocer los dos casos y saludó a las familias. «Con estos incendios, en temas humanitarios tenemos dos bajas (…) toda nuestra solidaridad, apoyo y nuestras condolencias a la familia y hay que reconocer el trabajo de las instituciones que hacen mucho esfuerzo para combatir el incendio», sostuvo el mandatario.
Hasta el momento, en el Bosque Seco Chiquitano del sudeste de Bolivia ya se quemaron más de 800.000 hectáreas. Al menos un millar de personas, la mayoría indígenas, fueron trasladados. Los focos de calor se redujeron a menos de 400, pero la situación continúa califide máximo riesgo debido a la sequía y los fuertes vientos.