*Por Vanessa Angustia
El Régimen de la España del 78 está en crisis. Los Pactos que sostuvieron el sistema están agotados y rotos. El nuevo orden democrático nació sin mover los marcos frente al capital y la democracia formal y no ha sobrevivido a una generación. El sistema se construyó además sobre el olvido, sobre una historia contada que no fue la vivida, se construyó sobre las cunetas manchadas de sangre y las fosas sin nombres.
El reto está en la batalla entre la construcción del proyecto socialista y la superación de la democracia formal. Entre la participación directa y la democracia representativa. Será la batalla entre la devolución del poder a su lugar originario: el pueblo y el dominio de las oligarquías económicas, los poderes fácticos y sus representantes políticos. Este es el reto de los y las comunistas.
La democracia para nuestro proyecto de República Federal deberá construirse sobre los principios igualitarios de nuestros valores republicanos. El proceso constituyente es imprescindible para sostener un modelo de país a futuro y es imprescindible construirlo desde el debate a lo largo de todo el país, con las clases populares implicadas en la construcción del proyecto, que dé como resultado esa Constitución Federal como garante a futuro de convivencia y justicia social.
La Constitución Española del 78 se construyó sobre tres grandes Pactos: Social, Territorial y Democrático.
El Pacto Social garantizaba los derechos universales en torno al empleo, la vivienda, la sanidad, la educación, las libertades públicas… pero la trampa se escribía paralela y así todos los derechos y libertades fundamentales recogidos en el Capítulo 2 del Título I de la Constitución quedan doblegados a la voluntad de los poderes políticos a través de los “Principios rectores de la política social y la economía” en el Capítulo 3 del mismo Título I. Anulado su carácter de fundamentales y sometidos a la voluntad de dotación presupuestaria, el Pacto anuncia su ruptura con la aprobación de la reforma del Artículo 135 de la Constitución Española el 27 de septiembre de 2011, aunque el marco legal venía preparándose desde el Tratado de Maastricht y el Tratado de Roma.
La crisis económica derivada de las políticas financieras capitalistas, la burbuja inmobiliaria, y un modelo industrial en agotamiento, se resuelve con un cierre del bipartidismo, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) para beneficio de las oligarquías financieras económicas y empresariales priorizando el pago de una deuda ilegítima, no generada por la clase obrera frente a la imprescindible inversión en gasto social.
Con la clase trabajadora en niveles de paro insostenibles, la población más joven obligada a migrar para sobrevivir y desarrollar su talento, el derecho a la educación restringido por tasas de pago cada vez más altas, la privación del acceso a la sanidad a los y más vulnerables, más de un desahucio al día sin alternativa habitacional, niveles desconocidos de población en riesgo de exclusión social, un tercio de niñas y niños que no reciben la alimentación correcta para su desarrollo, la Europa Fortaleza en construcción para criminalizar y asesinar a quien huye de la guerra… el bipartidismo del Régimen blinda la pervivencia de las élites para así garantizar el ascenso del bloque imperialista. El pacto social quiebra.
El proceso constituyente deberá construir la alternativa para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de las clases populares en el empleo, la vivienda, la sanidad, la educación, las pensiones y los servicios básicos, con la propuesta de un modelo económico, empresarial e industrial que recupere la soberanía de los recursos dándoles el carácter de públicos.
El Pacto Territorial escenifica su ruptura y necesidad de profundizar en el modelo relacional entre las Comunidades Autónomas y el Estado con la llamada “crisis soberanista” en Cataluña en torno a la celebración de un referéndum el 1 de octubre de 2017 y la incapacidad del Gobierno de España de dar salida a una demanda legítima y política para con irresponsabilidad convertirla en una cuestión judicializada a través de la aplicación antidemocrática y desproporcionada del Artículo 155 de la Constitución. La utilización política del derecho a la autodeterminación de los pueblos, vulneró los derechos parlamentarios otorgados a las Cortes Generales y sólo contribuyó a agravar la situación de tensión y provocar la declaración unilateral de independencia.
Frente a la salida reformista, autoritaria y violenta propuesta y ejecutada por el bloque reaccionario monárquico conformado por Partido Popular, Partido Socialista y Ciudadanos, nuestra propuesta pasa por la construcción de la república federal y solidaria. La actuación partidista y de parte del Rey hace imprescindible su salida inmediata de la jefatura de estado para dar apertura a las vías de resolución del conflicto. La República es condición sine qua non para la paz y la convivencia.
El derecho a decidir y el derecho a la autodeterminación de los pueblos son derechos democráticos e universales que por tanto deben ser contemplados, debatidos y garantizados a través de procesos democráticos en cumplimiento de los derechos humanos y con cabida en la España plurinacional que ya construimos.
No existió nunca voluntad de Pacto y cohesión entre los diferentes territorios, autonomías y naciones del estado español cuando la cámara parlamentaria de representación territorial que es el Senado tiene un sistema de voto tan discriminatorio que otorga histórica y tradicionalmente con un reparto de 4 representantes por provincia tres representantes a la primera fuerza en la circunscripción y el cuarto puesto a la segunda fuerza política. Ni la representación es plural, ni es democrática, ni garantiza la representación y la defensa de las necesidades en cada territorio.
El Pacto Democrático nació agotado. Fue así porque el falso paso democrático llevó consigo ocultar el pasado. Ocultar la crueldad de la derecha española que rompe la construcción de un país soberano, democrático, feminista, progresista que con la Segunda República Española comienza a avanzar y un golpe de estado sangriento. La democracia construyó el relato de los golpistas que separaba no sólo personas si no también propuestas de futuro. El régimen elevado del Pacto del 78 construye capitalismo como vanguardia de la ofensiva neoliberal frente a las clases populares que luchan cada día por vidas dignas de ser vividas para sus hijos e hijas. El régimen del 78 conserva y glorifica las figuras y los símbolos del fascismo y por ocultar, sigue hasta ocultando a nuestras muertas y muertos en las cunetas, en las fosas comunes y deja fuera de los libros de historia a quien luchó por la libertad y la democracia en España. Nos robaron tanto, que hasta las canciones nos robaron.
Si el Pacto Democrático nació agotado, la corrupción y la falta de participación ciudadana en los procesos políticos permiten que hoy digamos que está muerto. Más de 900 investigados y condenados en las filas del Partido Popular, decenas de causas abiertas por malversación de fondos públicos, financiación ilegal, utilización de información privilegiada, manipulación de contrataciones públicas, obtención ilícita de beneficios económicos a costa del erario público, un sistema de corrupción institucional sentenciado por la Audiencia Nacional, por los jueces y juezas que no se creen entre otras, las mentiras de Mariano Rajoy, ahora ya ex presidente del Gobierno de España y así lo hacen constar en la sentencia de la Trama Gürtel. El partido más corrupto de Europa saqueando las arcas públicas y jugando con las vidas de cada ciudadana y ciudadano de este país.
La crisis democrática siempre estuvo latente y ahora se intensifica. Los canales de participación directa para ciudadanas y ciudadanos son escasos e ineficaces. Durante 40 años, sólo tres Iniciativas Legislativas Populares (ILP) han llegado a las Cortes Generales (Congreso y Senado) y sólo una de ellas ha sido tramitada y debatida. Las ILP son el único mecanismo legal contemplado para la participación directa ciudadana. La soberanía reside en el pueblo y debe serle restituida. Se demandan mayores y mejores canales de participación y estos deben ser debatidos en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad y deben ser asumidos y aplicados.
Este pilar ha sido harto debatido en las últimas semanas en un país que nunca ha escogido por sufragio directo a su Presidente o Presidenta y nunca tampoco al Jefe o Jefa de Estado por ser una monarquía parlamentaria representativa, en elecciones se escogen representantes a las Cortes Generales y estos y estas votan la presidencia del Gobierno, siendo la Moción de Censura la herramienta constitucional que ejecuta la soberanía popular a través de la representación parlamentaria.
Cuando el día 24 de mayo se hace pública la sentencia de la Audiencia Nacional que condena por corrupción al Partido Popular, comenzó a abrirse la segunda grieta al Régimen en los últimos dos años.
Tras unas Elecciones Generales el 20 de diciembre de 2015 las fuerzas del cambio representadas en Izquierda Unida, Podemos, En Marea y En Comú Podem entramos con fuerza en el espacio de representación política parlamentaria y el PSOE con más de social democracia que de socialismo se repliega negándose a pactar acuerdos y programas de gobierno que ponen la dignidad de las vidas de las clases populares en la prioridad del tablero y por primera vez las Cortes Generales se disuelven para volver a elecciones el 26 de junio de 2016. El respaldo y la ilusión a las fuerzas del cambio aumenta y los partidos del Régimen que son PP y PSOE parchean la primera grieta: deben por primera vez elegir entre la alternancia en el Gobierno y el mantenimiento del Régimen que se rompería si PSOE pacta con nosotras medidas de gobierno progresistas desde la izquierda. Eligen el Régimen y el PSOE se abstiene en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno permitiendo al Partido Popular gobernar.
Esa segunda grieta se abre cuando ante la Moción de Censura presentada por la principal fuerza de oposición, el PSOE, de nuevo hay que tomar decisiones que no muevan los marcos de la democracia formal. El ex presidente Rajoy podía escoger dimitir y permitir renovar el Gobierno en manos del Partido Popular para proteger a su partido o bien dejar prosperar la Moción de Censura y no destruir la ya muy dañada soberanía popular permitiendo que la representatividad de la voluntad popular se expresase. Decide, igual que lo hizo antes el PSOE, proteger al Régimen en su apariencia de democracia formal y el 1 de junio de 2018 la Moción de Censura prospera y Pedro Sánchez es investido nuevo presidente del Gobierno de España.
Las grietas son por tanto estructurales y el nuevo gobierno abre un tiempo de esperanza que enfrentamos prudentes. Prudentes porque la representación parlamentaria en el Senado y el Congreso no ha mudado y a lo largo de esta XII Legislatura las alianzas de voto han sido dispares. Prudentes, en segundo lugar porque la derecha que representa Ciudadanos ha leído en clave puramente electoral la oportunidad: Europa y el voto de la derecha en España ven con buenos ojos sus propuestas neoliberales y su programa de regeneración frente a la corrupción. La ventana que se abre de gobernar para el pueblo no les importa, les importa acumular poder y votaron NO a la oportunidad de regeneración democrática para intentar dar un pulso electoral que sabían no se podía producir en las garantías de la moción de censura. En tercer lugar, prudentes, ante un nuevo Gobierno que ni durante la gestación de la Moción de Censura, ni después se ha sentado aun con las fuerzas de oposición a exponer su propuesta de Gobierno en minoría. Sólo cuentan con 84 diputados y diputadas de un total de 350 y 62 senadores y senadoras de un total de 266 y mayoría absoluta del Partido Popular en el Senado.
La oportunidad es histórica, con las grietas del régimen abiertas, para construir proyecto socialista frente a esa democracia formal que permite expresarse, presentarse a puestos de representación, incluso alcanzarlos, siempre y cuando no se muevan los marcos del sistema capitalista.
No parece que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, de corte socialdemócrata y liberal vaya siquiera a cuestionar los marcos del capital, ya no moverlos. No lo parece por su composición y no lo hará tras asumir esta semana los Presupuestos Generales del Estado regresivos, de institucionalización de los recortes y anti sociales que proyectó el Gobierno del Partido Popular. Esto segundo podría parecer coyuntural pero la composición de titulares en los Ministerios indica la voluntad de acompañar la Europa neoliberal que de nada sirve a las vidas de las clases populares. Pedro Sánchez no es de izquierda y su gobierno nunca lo será.
La cartera de Economía la ocupará Nadia Calviño, curtida en las cloacas económicas de la Unión Europea como directora general de Presupuestos de la Comisión Europea, no esperemos por tanto una política económica que defienda las vidas frente a los intereses de las oligarquías. Nada nuevo en el cierre imperialista y ninguna esperanza tampoco para las relaciones internacionales en pie de igualdad. Más tutela colonialista y más sanciones a quien no se pliegue.
La cartera de Agricultura, Pesca y Alimentación se le encomendará a Luís Planas, forjado en las relaciones diplomáticas de Marruecos para el expolio energético, pesquero y agrícola del Sahara Occidental y miembro fundador del Trasatlantic Policy Network, organismo creado para profundizar las relaciones entre la UE y los EEUU.
Josep Borrel, encargado de las relaciones exteriores profundiza crisis internas con su postura anti soberanista y beligerante en el conflicto en Catalunya. Pero además indica con su actividad previa que para él la defensa de la democracia implica la posibilidad de interferir e injerencias políticas internas en especial en América Latina.
Las libertades y derechos fundamentales parecen también en peligro. El juez que llegó de la mano del Partido Popular al Consejo General del Poder Judicial, ese que procesó activistas del 15M, embargó portadas de la revista El Jueves, archivó las negligencias del PP en el accidente del Yak-42 o aplicó la doctrina que convertía en órbita del terrorismo a la mitad de la ciudadanía de este país, que dice no haber visto torturas en los CIE de España, sobre el que pesan sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por vulnerarlos en sus instrucciones, Grande Marlaska, dirigirá el Ministerio de Interior.
Ya la socialdemocracia ha gobernado España llamándose izquierda y ya sus políticas fueron maquillajes. Medidas sin inversión estructural política o económica para reforzar la imagen progresista sin tocar los pilares del capital, construyendo imperio. Medidas que ensanchan la imagen de igualdad pero no abordan los cambios estructurales. La precaución se hace esencial, negociaremos cada medida de justicia social con el Gobierno.
Nuestra propuesta: atajar lo urgente mientras construimos futuro. Lo urgente, dar respuesta a la emergencia social que vive la clase trabajadora en España y garantizar en presente y a futuro las necesidades básicas de empleo, vivienda, sanidad, educación, pensiones… y la recuperación de las libertades públicas y la libertad de expresión criminalizadas.
Construir juntas y juntos un futuro en el que las luchas no se fragmentan y la agresión se reconoce, dentro y fuera de nuestras fronteras. Construir poder popular frente a la guerra económica y social contra nuestras vidas. Construir relaciones de igualdad y solidaridad en cada espacio de lucha con las hermanas y hermanos de América Latina. Asumir nuestra responsabilidad como comunistas, defender las vidas dignas con la eliminación de la desigualdad. Generar los nuevos pactos que garanticen las condiciones materiales: regulación de los mercados, ensanchamiento del espacio público con la devolución de los derechos fundamentales, mecanismos de participación directa. Todos los atributos que modifican el propio concepto de pueblo, de ciudadanos y ciudadanas.
Construir futuro construyendo República. Federal, Socialista, Feminista y Ecologista. Nuevos pactos para un nuevo país que garanticen La Paz, la convivencia y la justicia social. Nunca los espacios que surjan de una revolución popular podrán ser equiparados a las instituciones burguesas del capitalismo y su fase imperialista. Por eso la revolución será cada hombre, mujer, adolescente, niño y niña hacia la conciencia propia de las clases populares a las que en cada espacio se nos devolverá el poder.
* Portavoz Adjunta Unidas Podemos- En Comú Podem- En Marea, Senadora de En Marea