Las transcripciones de escuchas telefónicas a exfuncionarios presos en el penal de Ezeiza que presentó la diputada de Cambiemos Elisa Carrió para acusar al kirchnerismo de una maniobra para denunciar al fiscal Carlos Stornelli por extorsión provienen de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Según una publicación de Página 12, las escuchas se dieron en marco de una causa por narcotráfico que investiga a Mario Segovia, “el rey de la efedrina”. Sin embargo, el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, que lleva adelante la causa contra Segovia indicó que él no tiene esas escuchas y que no forman parte de la causa. El único objetivo era detectar movimientos vinculados a la causa de narcotráfico. Es decir que el resto de los audio que no eran relevantes para la investigación pedidos por el juez debían haberse destruido. Algo que no se hizo.
Es decir que si en el juzgado de Lomas de Zamora no están esas transcripciones, la información salió desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que escucha y transcribe o desde la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco) de la Corte Suprema, que recibe los números telefónicos que indica el juzgado y manda a hacer la interceptación. Es decir, que las pruebas presentadas por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, provienen de movimientos ilegales.
La ética de Carrió…