*Por Sebastián Premici para Agencia Cadena del Sur
El nuevo recorte a la obra pública será del 46 por ciento. El desempleo crecerá en la región.
Un ajuste sobre otro ajuste sobre otro ajuste. En un camino directo hacia el abismo económico y social, el Presidente de la Nación, Mauricio Macri y su devaluado ministro de Economía, Nicolás Dujovne anunciaron el tercer ajuste consecutivo en 5 meses. Un feroz recorte de la obra pública cercano al 46 por ciento en término reales para 2019. Pero hay más.
El Gobierno anunció que se le traspasará a las provincias la tarifa social eléctrica y los subsidios al transporte. Ergo, con provincias ahogadas desde lo económico y social, se las obligará a hacerse cargo de la tarifa social, lo que implica dejar en el desamparo a miles de familias. Y que el costo político de ese recorte sea afrontado por los gobernadores. Los mandatarios provinciales, ¿convalidarán la extorsión del Poder Ejecutivo Nacional?
Se desfinanciará la Seguridad Social, ya que se postergará por un año el incremento del mínimo no imponible de las contribuciones a la Seguridad Social. La pregunta que se abre en este punto es qué ocurrirá con las jubilaciones y el conjunto de las asignaciones familiares.
La pregunta debe ser puesta en el contexto del nuevo acuerdo que debe negociar de emergencia el Gobierno con el FMI. Se sabe que el organismo multilateral pretende que haya una reducción nominal de las jubilaciones y se hagan recortes en las asignaciones familiares. También pretende que haya una liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).
¿Cuáles serán las consecuencias inmediatas de estas medidas de ajuste? Más desempleo que no podrá ser absorbido ni siquiera por el incremento relativo de la recaudación provincial por regalías petroleras.
El Ministerio de Trabajo difundió la semana pasada los datos de junio sobre empleo registrado, y los números indican una persistente destrucción de puestos de trabajo registrados en la Patagonia.
Desde Agencia Cadena del Sur advertimos que luego del anuncio del “acuerdo” con el FMI uno de los sectores laborales que serían más perjudicados era el de la construcción. Y así será. Con la reducción generalizada del 46 por ciento en gastos de capital, la parálisis de la obra pública será total.
Entre el cuarto trimestre de 2015 y el mismo período de 2017 se destruyeron en la región 22.460 puestos de trabajo, de los cuales el 87 por ciento correspondió a los rubros agricultura–ganadería, hidrocarburos, industria manufacturera y construcción (ver nota). Con los tres ajustes anunciados en los últimos meses, el cuadro social en la Patagonia se agudizará, al igual que sucederá en todo el país. El camino que propone la Alianza Cambiemos es uno solo: el abismo.