“Que no haga ruido. Que no se den cuenta. Que no se me doblen las rodillas. ¿Qué hace acá? ¿A qué vino? Agarro los tobillos de Manuel para no caer al piso. Para no golpearme. Estoy seca y el roce duele. Tengo que hacer pis y me hago encima. Hija de puta, dice Alfredo con su voz grave, me measte los pantalones, la puta que te parió. Me lo dice al oído, mientras me pellizca la cola donde ya tengo dos moretones. En los huequitos donde le gusta apretarme con sus dedos”.
Los enfermos la primera novela de Natalia Rozenblum cuenta la historia de una mujer que cuida a su hijo en estado de coma, en el que cae luego de haber intentando suicidarse. El impacto de esa situación quiebra el silencio y los secretos de la familia. En este resquebrajamiento algunas relaciones se recomponen; otras emergen oscuras y resuenan en los pensamientos, en los recuerdos de esta madre que día y noche permanece junto al adolescente en el hospital. “La idea surgió a partir de una fotografía que me hice de alguien que conocí, que está en estado vegetativo hace unos años ¾cuenta la autora¾, y me acordaba de la madre, de su imagen, de su pelo. Me la imaginaba cuidándolo, el sometimiento que surge de una situación tremenda, una condena total”.
La autora construye su prosa desde lo no dicho, en la ambigüedad. Todo lo que posee la protagonista es esa condena: su hijo suspendido entre la vida y la muerte. Entonces, para Natalia “que despierte del coma implica muchas más cosas que despertar del coma. Él es un escudo ahí. Lo que más me gustaba era pensar en una madre que no sabía si quería que su hijo se despierte del coma”.
Esa duda la genera la violencia de Alfredo, el esposo de la protagonista y padre del chico internado. Fuera de la casa la violencia pierde su “acostumbrada naturalidad” y condiciona cada acción de la madre, que parece ver en ese estado de coma la posibilidad de una salida. En el desarrollo de la trama, el hombre resume su poder sobre ella acusándola: “¿Qué clase de madre deja que le pase esto a su hijo?”.
“Yo no sabía hacia dónde iba la historia¾admite la escritora¾creo que lo fui descubriendo a medida que se le presentaron diferentes situaciones a la protagonista”. Y dándonos una pista sobre el desenlace del texto, agrega: “Me pareció que el final era consecuente con ella. No soy una persona pesimista, pero los cambios profundos me parecen muy difíciles”.
Los enfermos, novela publicada el año pasado por la editorial Alto pogo, tiene un especial trabajo sobre el lenguaje: el pasado narrado en bloques y el presente hecho de frases cortas, precisas, atravesadas por preguntas de casi imposible respuesta. Con todo esto Natalia Rozenblum recorre la oscuridad de los lazos familiares a través de una historia y sus personajes tan efectivos que hacen tangibles nuestras propias debilidades.