Por Jorge Elbaum
El lunes 23 de enero la jueza Sandra Arroyo Salgado emprendió un periplo internacional acompañado de sus dos hijas. El trayecto abarcó una visita al Vaticano y, posteriormente, a Israel. El primero de esos viajes incluyó una visita al Papa que se efectivizó el miércoles 25 de enero, cuando Francisco la recibió, una semana después de cumplirse el segundo aniversario de la muerte de Natalio Alberto Nisman. Ambas visitas fueron organizadas por el director de «Radio Jai», periodista referente de los sectores mas reaccionarios y antipopulares del judaísmo argentino.
En Israel, Arroyo Salgado mantuvo una reunión con el Presidente de Israel, además de participar en un homenaje a su ex-marido en la ciudad de Naharía, donde la comunidad de latinoamericanos residentes inauguró una escultura en homenaje al fallecido fiscal. La jueza del Tribunal No 2 de San Isidro brindó, además, una conferencia sobre «La realidad de las víctimas en el sistema judicial argentino. Repaso histórico de casos de impacto internacional. Una visión desde lo funcional y lo personal». Académicos israelíes que fueron invitados a la disertación consultaron a referentes argentinos acerca de los relevamientos académicos de la jueza en la temática abordada, sin lograr acceder a ningún antecedente de referencia en su foja de servicios, ni contar en su haber con publicaciones relativas al tema en cuestión.
Las fotos de ambos encuentros –la primera de índole pública, en el marco de acostumbradas recepciones colectivas que lleva a cabo el papado todos los miércoles– y la segunda en el despacho del Presidente israelí, Yaacov Rivlin, muestran la presencia de Miguel «Miki» Steuermann, director y propietario de Radio Jai, emisora que transmite en el 96,3 de la frecuencia modulada, desde sus estudios del barrio de Once, ubicados Valentín Gómez 2950 3º Piso.
El director de radio jai, Miguel «Miki» Steuerman gusta definirse a sí mismo como un emprendedor incomprendido. Nació en Santiago de Chile y gestiona la radio «Jai» (que significa «vida» en hebreo) desde hace veinte años. En sus inicios intentó convertir la emisora en una suerte de medio oficial de la colectividad judía argentina y utilizar dicha legitimidad para vender publicidad y engrosar sus activos personales. El objetivo original fracasó –su emisora vive permanentemente en un tembladeral económico– y Steuermann no pierde oportunidad de mostrar su resentimiento frente al poco reconocimiento y audiencia que el esquivo colectivo judeo-argentino le ha deparado.
En las tertulias de country en las que habitualmente participa suele despotricar contra empresarios y dirigentes de las instituciones judías que «no valoran como debieran la existencia de una radio judía, en tiempos de acrecentamiento del terrorismo». Sus contertulios comentan en la intimidad que «Miki» es un simplemente un empresario PyME que sobreactúa su identidad para hacer su negocio. Todos coinciden, sin embargo, que su ideología de ultraderecha es absolutamente auténtica.
El estatus jurídico sobre que se instituyó la emisora siempre contó con permisos rudimentarios de trasmisión, e incluso llegó a rozar la ilegalidad. Alrededor del año 2010 carecía de autorización plena por parte del COMFER por lo que debía facturar a sus contados avisadores través de interpósitas personas, o incluso instituciones. La DAIA fue, en esos años, una de las encargadas de vehiculizar los pagos hacia Radio Jai, incluso cuando, en varias oportunidades, las comisiones retenidas por la institución de la calle Pasteur eran observadas con irritación por el propio Miki.
Steuerman mantiene una relación próxima y apegada con Damián Pachter (difusor de la primicia sobre la muerte del fiscal) y con Waldo Wolff (ex vicepresidente de la DAIA y actual Diputado Nacional del PRO). El periodista auto victimizado y el calvo legislador –que fuera arquero suplente en el club Atlanta– gozan de micrófono abierto en su radio, donde el Memorándum de Entendimiento con Irán (MOU), la denuncia de Nisman contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la muerte del fiscal, han ocupado una parte central de la programación periodística de la emisor los últimos dos años. Por su parte, Waldo Wolff aparece como el encargado, junto a Angelici de disciplinar a los jueces díscolos de Comodoro Py. El juez Daniel Rafecas que se atrevió a desestimar la delirante acusación de Nisman es su permanente sujeto de persecución.
Miki se ha constituido en un desenfrenado referente periodístico al interior de los sectores más conservadores del judaísmo argentino. En su tribuna de cruzado antipopular (el programa conducido por el propio Steuerman en su radio Jai, «Pensando las noticias») se empecina en repudiar cualquier forma identidad latinoamericana. En sus entrevistas calumnia permanentemente al «populismo», denigra al kirchnerismo e identifica como «antisemita» a todos aquellos que cuestionan las políticas públicas del Estado de Israel, sobre todo en relación a la ocupación de tierras por parte de colonos fundamentalistas.
En un reportaje realizado por «Miki» a Damián Pachter, el 16 de enero último, éste último afirmó: «A mí no me caben dudas que la orden de asesinar a Nisman vino de la entonces Presidente Cristina Kirchner». La aseveración del periodista que reside en Israel sólo contó con la aquiescencia y aval de su entrevistado, quien se mostró eufórico con la afirmación temeraria de Pachter. De hecho sus columnas editoriales subrayan obsesivamente el hecho «factico» del magnicidio sufrido por el fiscal.
El dueño de Radio Jai, es además uno de los impulsores más obsesivos a la hora de silenciar las voces que, al interior de Israel, cuestionan las medidas coloniales y de ocupación militar de Palestina: la lista «árabe-judía», que cuenta con 14 diputados en la Kneset (parlamento israelí) y que es la tercer bancada más importante de la legislatura unicameral, es invisibilizada y excluida de cualquier informe relativo a la realidad de medio oriente. Miki tiene prohibido a sus colaboradores hacer referencia a los posicionamientos críticos de la lista «árabe-judía» que está compuesta por dirigentes islámicos israelíes y referentes de la izquierda, quienes denuncian, permanentemente, las medidas del primer Ministro Bibi Netanyahu.
Miki acompañó a Arroyo Salgado porque se constituyó en su vocero de prensa y en su facilitador político. Steuerman se vanaglorió desde su página web el haber sido el organizador de ambas reuniones internacionales. En Tel Aviv se comunicó con Pachter y logró recomponer y profundizar los vínculos que el propio ex fiscal desarrolló en sus innumerables viajes a Tel Aviv y Jerusalém. De esta manera, Arroyo Salgado ha recuperado, gracias a Miki, algunas fuentes de información con las que Nisman «armó» su denuncia. Quizás las pueda utilizar para las actuales y futuras causas que se tramitan en su Juzgado Federal número 2 de San Isidro.
La operación internacional dispuesta para que la integración latinoamericana fracase suma un nuevo peldaño para arrinconar a quienes pretenden recomponer fuerzas para volver a liderar un proyecto emancipador. La conexión con el gobierno de ultra derecha israelí no hacen más que ponerlo en evidencia.