Pedro Castillo asumió su cargo como presidente de Perú. El mandatario inauguró su mandato de cinco años con un discurso de 70 minutos en el que prometió un «cambio responsable».
«No queremos hacer cambios por el simple deseo de hacerlos, sino que muchas de las disposiciones hoy vigentes solo benefician a las grandes corporaciones», expresó.
«Un gobierno del pueblo ha llegado para gobernar con el pueblo y por el pueblo, no los defraudaré», afirmó Castillo en el discurso inaugural.
Además, Castillo insistió en la idea de convocar a una asamblea que redacte una Constitución para reemplazar a la de 1993. «No se hará tabla rasa de la legalidad», señaló.
«Todos saben que una de nuestras principales banderas políticas es la convocatoria de una asamblea constituyente; insistiremos en esto pero siempre en el marco de la ley y la actual Constitución», indicó Castillo, con lo que desmintió a adversarios que aseguran que impondrá una nueva carta magna a la fuerza para perpetuarse en el poder.
«Tenemos que romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de dominación que se han mantenido vigentes por tantos años», dijo el mandatario, un maestro campesino de 51 años, durante el discurso de posesión.
Pedro Castillo Terrones (@PedroCastilloTe),
Presidente de la República del Perú.
2021-2026#AsunciónPresidenteCastillo pic.twitter.com/GMXTBSUIf3— Presidencia del Perú 🇵🇪 (@presidenciaperu) July 28, 2021
En el discurso de 70 minutos, el presidente hizo varias referencias a la necesidad de romper con ciertas tradiciones culturales y prometió una profunda revaloración de los pueblos originarios.
«Durante cuatro milenios y medio, nuestros antepasados encontraron maneras de resolver sus problemas y de convivir en armonía con la riqueza natural que la providencia les ofrecía; fue así hasta que llegaron los hombres de Castilla (los conquistadores españoles)», afirmó Castillo, de origen quechuahablante.
«La población pide cambios y no está dispuesta a renunciar a ellos», dijo el jefe del Estado, para quien la pandemia demostró que las críticas que se hacían al sistema liberal vigente desde hace 30 años «no solo eran justas, sino además legítimas».
«Queremos construir un país más próspero, más justo en el que las riquezas se distribuyan de manera más equitativa entre los ciudadanos», destacó.
¡Qué complicado para la progresía socialdemócrata digerirse un «popular» que combate la ideología de género, el abortismo estúpido, que está contra el consumo de drogas, que quiere rajar a los criminales extranjeros y meter a los vagos al ejército!
Acusación de facho en 5, 4, 3, 2, 1…