Se realizó la presentación del libro «Mujeres que hacen barcos», en el marco de la campaña que impulsa el ministerio «Oficios sin prejuicios». Del encuentro virtual, participaron el presidente de Astillero Río Santiago, Pedro Wasiejko, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, y Lorena Benaglia, integrante de la Comisión Directiva Departamento de Mujeres de ATE Ensenada.
El libro se encuentra disponible en PDF en la página web del astillero (http://www.astillero.gba.gov.ar). «Mujeres que hacen barcos» recoge los testimonios de compañeras y compañeros que formaron parte de las diversas etapas y luchas de la fábrica naval de Ensenada y propone una mirada con perspectiva de género para comprender las dificultades de las minorías y atender las necesidades específicas de cada una de ellas.
Luego de reconocer el trabajo de investigación que realizaron las compañeras del astillero y que contó con el apoyo del anterior Presidente, Ariel Basteiro, Wasiejko planteó la necesidad de trabajar en la construcción de igualdad e integración en los ámbitos laborales. “Yo las llamo herramientas de democratización de los lugares de trabajo. Como parte de esta herramienta la co-gestión de los trabajadores y las trabajadoras, su participación en el directorio, los Comités Mixtos de Seguridad e Higiene y la incorporación de cláusulas en el Convenio Colectivo que permitan fortalecer la participación de las mujeres y diversidades en los lugares de trabajo son clave”, señaló.
Estela Díaz, autora del prólogo del libro, sostuvo que “el Astillero Río Santiago es una empresa emblemática para nuestra región, en la cultura política de la producción de Argentina, en las luchas de resistencia”.
En ese contexto recordó que “el astillero nace con una decisión de la segunda presidencia de Perón como parte de un modelo de desarrollo e industrialización de Argentina, de soberanía económica y autonomía nacional. En eso se inscribe y se inscribe también en una época que marcaba que este tipo de industrias eran claramente para los varones. Tenían una mirada muy inclusiva y de una perspectiva del desarrollo en pos de mirar además de la soberanía a la justicia social, pero en aquellos tiempos en la justicia social algunos de estos temas no aparecían asociados. Hoy decimos que el debate por un proyecto de justicia social es indisoluble de pensarlo con igualdad de género. Discutir en eso cuestiones claves sobre cómo trabajamos las mujeres en la sociedad y por qué todavía hay una profunda discriminación en el mundo laboral es parte hoy de debates estratégicos y fundamentales”.