El expresidente de Ecuador Rafael Correa afirmó hoy que el gobierno de su sucesor Lenin Moreno “está acabo”. “Es un títere de los grupos de poder”, afirmó. Hoy es el octavo día de protestas contra el paquetazo impuesto por el mandatario ecuatoriano. Ayer, protestas en todo el país fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad en medio del toque de queda decretado por el Ejecutivo.
“El Gobierno ya está en muerte clínica, en estado vegetativo. Lo siguen apoyando los medios hegemónicos, el empresariado, el poder financiero, el militar, la Policía y parte de la Iglesia. Nuestra democracia es de plastilina (…) Fue mi vicepresidente durante seis años y para lograr algo de popularidad, con complicidad de la prensa, dijo que había heredado una crisis económica. ¿Y él siendo vicepresidente no la vio? ¡Inconconcebible! El Gobierno está acabado por sus propios errores. No hay golpismo como insinúa Lenin y la prensa”, afirmó Correa en una entrevista con la agencia Sputnik.
“Lo que sucede es que la gente no aguanta más. Con él, las élites recuperaron el poder con base en trampas y traición. ¿Qué salida veo? Si se mantiene en el cargo, será más cero a la izquierda de lo que ya es hoy. En estos momentos está negociando con las cabezas visibles del movimiento indigenista CONAIE y con el Frente de los Trabajadores, dos organizaciones cuyos dirigentes apoyaron a Moreno hasta hace poco y que ahora se están viendo desbordadas por sus bases, por dirigentes jóvenes que se han organizado. Una opción es que revierta las medidas de aumento al gasoil. En ese caso, creo que el Gobierno estaría más que muerto. Pero los líderes indigenistas tienen que conseguir algo. Yo creo que deben estar acordando con el FMI algún tipo de concesión potable y todos contentos. Todos contra Correa”, agregó el economista desde Bélgica.
El expresidente se refirió al acuerdo de Ecuador con el Fondo Moneterio Internacional y dijo que es parte de un engaño. “En diez años de mi gobierno no vimos una misión del FMI y nunca tuvimos una década tan próspera como la de 2007 y 2017, la década de la Revolución ciudadana. Y no es culpa del FMI, sino de quien se somete a él. Es parte del relato hacerle creer a la gente que todo estuvo mal y que la economía va a colapsar. Lo hacen para que la gente aguante pasivamente. Pero con eso se puede engañar seis meses o un año”, indicó.