El líder brasileño Lula Da Silva, detenido irregularmente por el régimen de Michel Temer, anunció este martes que abdicará en su candidatura presidencial, porque lo que el dirigente Fernando Haddad será quien encabezará la boleta del Partido de los Trabajadores en las elecciones de octubre próximo. El anuncio, a cargo de la dirección partidaria, se produjo por la mañana en Curitiba, donde el expresidente cumple una condena a 12 años de prisión, al límite del plazo que tenía el PT para informar sobre sus candidatos.
En simultáneo, a través de las redes sociales, se difundió un vídeo en el que Haddad manifestaba que sus intenciones presidenciales tenían el apoyo de Lula.
De esta manera, el establishment brasileño consiguió efectuar la proscripción de Lula, con la connivencia del Poder Judicial, que negó la candidatura del líder obrero en base a la ley de “Ficha Limpia”, que fue impulsada durante la presidencia de Lula. Esta normativa impide expresamente que candidatos condenados en segunda instancia, como es el caso de Lula, puedan postularse a un cargo electivo. El tribunal electoral había advertido de que en caso de que no presentase un nuevo candidato hasta este martes, el PT quedaría fuera de las elecciones presidenciales.
En este contexto, el Partido de los Trabajadores confía en que se transferirán los votos de Lula, que encabezaba todas las encuestas, a Fernando Haddad, que por sí solo alcanza apenas un 10% de la intención de votos. El ultraderechista Jair Bolsonaro, por su parte, acapara un 24% de imagen positiva, seguido por el laborista Ciro Gomes, con el 13%, la exministra Marina Silva con el 11% y el socialdemócrata Geraldo Alckim con el 10%.
