En la última audiencia del juicio Pibes Villeros, el Tribunal Criminal Nº3, que preside la jueza habilitada Alejandra Tolaba, resolvió excluir a Milagro Sala del proceso “por inconducta”, pese a que la presa política no recibió ningún apercibimiento previo. A la vez, fue trasladada a la prisión montada en su casa de El Carmen sin ser notificada de los fundamentos para que pueda ejercer el derecho a la defensa.
Las juezas explicaron que su decisión se basó en que la dirigente llegó al juicio en pijama. Desde el Comité por la Libertad de Milagro Sala respondieron que esto se debió a que el juez Pablo Pullen Llermanos le impidió a Milagro ir a su domicilio a cambiarse tras recibir el alta en el Hospital Pablo Soria, después haber estado internada por un cuadro de abdomen agudo.
Tras la resolución de las juezas y al finalizar la audiencia del jueves, la fiscalía pidió que se autorice la transmisión del juicio mediante videoconferencia para que la dirigente tome conocimiento de lo que acontece en las audiencias.
Este martes, primero se demoró el inicio del proceso una hora y media hasta que resolvieron preguntarle a la diputada del Parlasur si estaba de acuerdo con ser trasladada a la audiencia, ya que en la localidad donde fue recluida —violando lo establecido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en concordancia con la medida provisional de la Corte Interamericana de Derechos Humanos— no hay buena conexión de internet y no se pudo establecer la comunicación. A diferencia de lo que sostiene permanentemente la fiscalía y el Tribunal que acusan a Milagro Sala de obstruir el proceso y a pesar de la ilegalidad de todas las medidas dispuestas, la dirigente aceptó ser trasladada.
“Este juicio ya no se puede decir que sea un circo. Es un mamarracho absoluto y no nos gustaría estar en la piel de los funcionarios intervinientes cuando esto llegue a instancias internacionales”, aseguraron desde el Comité.
