Lo complejo de la Patagonia según Burzaco

*Por Valeria di Croce para Agencia Cadena del Sur

Durante la jornada de hoy, Eugenio Burzaco, funcionario que responde a Patricia Bullrich, realizó declaraciones que preocupan en la emisora de Chubut LU17

El secretario tiene programada una reunión en Trelew con los ministros de seguridad de Chubut, Río Negro y Neuquén.

Antes del encuentro, en declaraciones radiales afirmó que al Ministerio de Seguridad de la Nación le “preocupan” los altos niveles de consumo de drogas en ciudades como Comodoro o Neuquén.

“Lo complejo en Patagonia es el alto nivel de consumo de drogas” afirmó Burzaco, quien agregó que los niveles están  sólo por debajo de Santa Fe y Rosario y alguna zona del conurbano bonaerense.

Agregó que esta situación “generan violencia y descontrol” y que en esas ciudades “hay droga que viene para ir a Chile y a Europa”

Preocupan las declaraciones del funcionario en un contexto de creciente militarización de la región, sobre todo teniendo en cuenta que en marzo de este año, Burzaco brindó una conferencia de prensa acompañado de Pablo Noceti, anunciando que llegaban 800 gendarmes a la Patagonia.

En dicha oportunidad, en Bariloche, se llevó a cabo una reunión del llamado “Comando Unificado Patagónico”. Se trata de un grupo integrado por los ministros de seguridad de provincias de la región y las fuerzas federales creado para delinear medidas contra los pueblos originarios.

A la “cumbre de seguridad” asistieron –aparte de Burzaco y Noceti- los ministros de Seguridad de Río Negro y Neuquén, y los jefes de las cuatro fuerzas federales: Gendarmería Nacional, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal Argentina.

El objetivo oficial del Comando Unificado es el de “generar políticas coordinadas con las provincias vinculadas al narcotráfico y los grupos radicalizados mapuches.”

Luego de dos horas de reuniones entre los altos mandos de las fuerzas y representantes de las carteras de seguridad Eugenio Burzaco anunció que desplazaría 400 gendarmes a Neuquén para que estén disponibles ante cualquier solicitud de desplazamiento en la zona andina de la Patagonia.

Además, otros 400 agentes de la gendarmería se instalarán Comodoro Rivadavia. De esta manera se establecen dos comandos móviles de la fuerza en la zona.

Nada es casual. En las declaraciones a la prensa de hoy, el funcionario menciona Neuquén y Comodoro Rivadavia como las zonas “de mayor preocupación” para el gobierno de Mauricio Macri.

En marzo, el representante de la cartera a cargo de Patricia Bullrich manifestó que la llegada de más efectivos de Gendarmería a la región no se deben  a la “violencia” de grupos mapuches, sino a la intención del gobierno de atacar el narcotráfico, “que en esta zona se encuentra presente por la cantidad de pasos fronterizos y los registros del envío y recepción de droga entre Chile y Argentina”.

En la Patagonia no existen reclamos de fuerzas de seguridad para controlar el “narcotráfico”, lo que hay es una creciente ola de despidos en las provincias patagónicas resultado de las políticas aplicadas por el gobierno nacional.

Como ya hemos contado desde Agencia Cadena del Sur, Burzaco no es un desconocido en la región. El actual Secretario de Seguridad del Ministerio de Seguridad de la Nación, asesoraba al gobernador de la provincia de Neuquén (Jorge Sobisch) cuando la policía de la provincia asesinó a Carlos Fuentealba. | Ver nuestra nota al respecto AQUI

La doctrina que ejecuta Cambiemos responde a la lógica del enemigo interno. Una metodología conocida que ya costó la vida de dos jóvenes en nuestra región: Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

Con las declaraciones de hoy Burzaco no hace más que confirmar que el camino elegido por la Alianza gobernante es la de no brindar soluciones políticas. Simplemente se trata de instalar el enemigo interno, el surgimiento de una amenaza para la sociedad (en este caso el narcotráfico), general el miedo (al decir que surgen bandas y hay índices de violencia y una de las mayores tasas de homicidios del país en Comodoro Rivadavia).

Se trata de un discurso que justifica -amparándose en la normativa- el accionar de las fuerzas de seguridad (y sus excesos). Son “grupos que no respetan la ley” se convierte en el argumento para matar en una región que reclama empleo y no mano dura.