Cuando se relaja el Estado de Derecho, la arbitrariedad se hace dueña y señora de la vida cotidiana de los ciudadanos

Por Délfor Pocho Brizuela

Esto es lo que percibimos con dolor e indignación; frente al hostigamiento judicial, cada vez más intenso y virulento, contra opositores politicos, llevados adelante por magistrados,situación que tiene mas parecido con una caceria encarnizada, que con una recta administración de Justicia.

No hay duda que en esta operación denigrante, el poder judicial, con su delantera ejecutora, no actúa solo.

Dispone de la compañia eficiente los Medios de Comunicación del poder, que juegan su cruzada domesticadora de la conciencia de muchos sectores de la sociedad.

Y sin quedarse atrás, más bien conduciendo y regulando la persecusión politica, las máximas autoridades politicas del Gobierno Nacional.

Persecución, represión, disciplinamiento, es el guión conjugado y ejecutado, sin sentimiento de culpa, para honrar el altar despiadado de la codicia neoliberal a costa del sacrificio de la clase trabajadora , de los jubilados, de los pueblos originarios que luchan por justicia y reconocimiento.

No nos tomen el pelo, nos damos cuenta «a la legua», que con el argumento del enemigo interno quieren ajustarnos, encandilándonos con espejitos de colores que nos distraigan y anestecien.

Con el odio a CFK y el plan sistematico de apretarla sin tregua de causas judiciales, elaboradas en los gabinetes del odio coorporativo, quieren silenciar, la osadia y responsabilidad democrática, de ejercer una verdadera oposición.

Quieren un pueblo sumiso al despojo y apuestan a la derrota de la libertad «agujereada» de miedo y resignación.

No importan los sinsabores y los ataques arteros, embriagados de odio hacia Cristina, Milagro, Santiago, Rafael, ex funcionarios y militantes, con quienes no ahorraron humillaciones y amedrentamiento.

Renaceremos, una y otra vez, con la bandera desplegada, con los nombres de Patria, Justa, Libre y Soberana, y , aunque «vengan degollando», no nos daremos por vencidos, ni renunciaremos a la lucha, a los sueños y a la alegria.